(para comentar hay que hacer click sobre "comments") La Argentina le ganó a los alemanes por 4-2 el mes pasado en el amistoso internacional en Düsseldorf y sirvió como una pequeña revancha de la dolorosa derrota en la final del Mundial. Más allá de eso, el partido tuvo como figura excluyente a Ángel Di María que parece no tener techo y atraviesa su mejor momento.
De perfil bajo, alto y flaco que da la impresión de que si lo tocan se quiebra, Di María ya no es aquel chico que parecía un proyecto interesante cuando con apenas 17 años debutaba en Rosario Central en el Apertura 2005. Creció en su juego de manera abismal y sorprendió a tal punto que hoy es un indiscutido en el combinado argentino, siempre opacado por la figura de Lionel Messi, Sergio Agüero y, en menor medida, Gonzalo Higuaín. De hecho, es el futbolista de mejor nivel a nivel mundial y va camino hacia el Balón de Oro. Cuando Diego Maradona lo convocó en 2008 por primera vez con la Mayor fue muy discutido. Había tenido una excelente participación con el equipo campeón del Mundial Sub-20 de Canadá en 2007 y venía de conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Hasta se dio el lujo de marcar el único gol de esa final contra Nigeria que los consagró. Sin embargo, tenía tan sólo 20 años y al jugar en el Benfica de Portugal no era observado como aquellos que jugaban en las ligas inglesa, italiana o española. En conclusión, Maradona tenía razón y Ángel cumplió con un gran Mundial 2010 en Sudáfrica. Hecho que le valió el pase al Real Madrid. Supo ganarse un lugar en el equipo español y lo defendió a capa y espada, siempre corriendo desde atrás ya que había llegado para ser suplente. Aunque daba rédito y era regular, la dirigencia todos los mercados de pases lo declaraba transferible y traía a otro jugador que pueda cumplir su función. Así fue como la última temporada el galés Gareth Bale arribó al Madrid, pero Di María, a fuerza de juego, obligó al entrenador Carlo Angelotti a tener que modificar el esquema para que ambos estuvieran en el equipo. Llegó el 2014 y el Mundial en Brasil estaba cerca. Pero antes, el Merengue debía disputar la final de la Champions League contra el Atlético Madrid, nada menos. Por primera vez se enfrentaban en esa instancia dos equipos de la misma ciudad. El equipo de Diego Simeone estuvo a punto de ganar el encuentro y hacer historia pero su clásico rival reaccionó a tiempo y a Di María sólo le faltó el gol para cerrar una tarde perfecta. Fue elegido el mejor jugador del partido y en nuestro país lo valoraron como el argentino que mejor temporada realizó. Ya todos saben que pasó en la Copa del Mundo, cuya herida todavía no cerró, y también es fácil reconocer que el rosarino fue una de las figuras de la Selección subcampeona. Pero quedó la sensación de que esa final contra Alemania hubiese tenido otro desenlace si él hubiese estado en la cancha. En aquel amistoso en Düsseldorf demostró que puede cumplir la función de líder y que todavía da para más. Se sintió subestimado en el Real Madrid, que siempre lo consideró una alternativa, y se fue al Manchester United inglés. Lo recibieron como una estrella, le dieron la emblemática camiseta número “7”, vestida sólo por glorias del club, y pagaron 75 millones de euros por su pase, convirtiéndose así en el jugador récord del fútbol argentino. A poco más de un mes de su llegada, Ángel participó en cinco encuentros con el United y, además de haberse metido en el bolsillo a la afición roja, marcó tres goles y realizó tres asistencias. Es su mejor comienzo de liga en toda su carrera y con él el equipo mejoró notablemente. Ahora es un caudillo, nada menos que en tierra inglesa, y se siente cómodo en esa posición. Fuera de la cancha, todo el mundo lo valora, empezando por su actual técnico, el holandés Lois Van Gaal. Este excéntrico entrenador, quien dirigió a los Países Bajos durante el Mundial y le tocó enfrentar a Fideo en la semifinal, fue el primero en gestionar y presionar para que se concrete su pase al club británico. Por otra parte, el DT de la Selección Argentina, quien también lo sufrió del otro lado en los derbis cuando estaba al mando del Barcelona, afirmó que “hace tiempo es uno de los mejores jugadores del mundo y está en el top 10”. Por último, el ex jugador Gabriel Heinze, quien supo vestir la celeste y blanca y fue compañero de Di María, piensa que es uno de los futbolistas más determinantes y que es de los cuatro mejores”. Además, agregó: “Quien lo dejó irse del Real Madrid no entiende nada de fútbol”. Más allá de su dote, lo que convierte en grande a este rosarino es el corazón con el que juega y vive el fútbol. Dentro de la cancha, es una fiera hambrienta que va a pasarte por arriba. Pero fuera de ella, en lo único que piensa es en cómo mejorar cuando pisa el verde césped. Quedó demostrado durante el Mundial y cuando finalizó el mismo. No concibió otra posibilidad que la de jugar la final a pesar de que estaba lesionado y su salida del Real Madrid se dio por la prohibición que le impusieron para jugar aquel partido consagratorio. Sigo convencido de que Di María es subestimado, por eso para mí hoy es el mejor y no podría alegrarme más el gran presente que vive. Pero atentos que este no es el final.
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AutorAlejo Villagra Relacionados
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