A ver, venga 2014 y tome asiento por acá, si, en este sillón, pónganse cómodo, ¿así está bien? Bueno, quería que charláramos antes de que se vaya, ¿le parece? ¿una sidra?, digo, para estar a tono con la fecha. Aunque, si le apetece, tengo cerveza, vino, como guste, vio que para esta fecha hay que estar preparado para los encuentros con los amigos, los familiares, la gente del trabajo. Uno quiere brindar y se anda encontrando con todo el mundo así que hay que tener para tomar y un pancito dulce, unas garrapiñadas, turroncitos. Aunque, la verdad, no alcanza para que uno festeje un año más como se lo merece. Me acuerdo de las fiestas de mi infancia, ¡qué lindo! ¡eran una fiesta esas fiestas! Y no lo digo por las comilonas que se mandaban algunos, no, sino porque eran verdaderos encuentros de familia, de vecinos. Uno terminaba de cenar y salía a dar vueltas a visitar al resto de los amigos y conocidos. Si hasta se hacían las cenas entre todos los vecinos de la cuadra, afuera, en la calle. Ah, no, alcohol no quiere, bueno, está bien, viene brindando seguido estos días. Está bien, entiendo. ¿un vasito de agua? ¿con gas o sin gas? Claro, si, tiene razón, es lo que digo yo, si es con gas es soda, je. ¿agüita, entonces? Bien, ya le traigo. Ahí tiene. ¿un hielo? Si, perdón, qué distraída, claro que sí y con este calor, por supuesto, ya le traigo. Sabe que siempre me olvido de poner la cubetera y cuando necesito hielo no tengo. - ¿de qué quería charlar yo? Y, lo que pasa, es que a esta altura de usted, a uno le da por hacer un balance, ¿vió? De lo que usted nos dio, de lo que se logró a lo largo de usted. Claro, el día que usted nació uno estaba brindando por un feliz usted y deseándole un feliz usted a los otros. Los días anteriores a que usted naciera y los que le siguieron, los primeritos, uno utilizó esa frase casi como cábala, desear feliz usted fue como creernos que estábamos apostando algo y que algo podía cambiar, mejorar, concretarse o aparecer en la vida de uno. ¿cómo le explico? Uno dijo feliz usted y era como sentir que esa vez podía ser. Y así se le imprime un deseo, una esperanza, unas ganitas a lo que se renueva cada doce meses y que hace que, depende cómo nos haya dejado su amigo anterior, pedimos para el que sigue, ¿se entiende? Y esta fecha da para pensar, es como que uno hace un balance, sin darse cuenta, a veces: ¿qué me dejó usted? ¿qué me quitó usted?¿qué me…? ¿qué? No, espere, espere, no se lo tome así hombre, no, no es personal, no, no. Está bien, está bien. Es verdad, depende de cada uno. Si, es cierto, no se trata de esperar que las cosas se den mágicamente, si, si, tiene razón. Bueno, pero, como dice el poeta “somos juguetes del destino”. Ya sé, si. Está en nosotros cómo lo manejemos. Bueno, ufa, ma, si! Mire, tengo que hacer, se vienen estas fiestas en que uno tiene que ir al super que está lleno de gente, limpiar la casa, preparar la comida, discúlpeme, fue un gusto, hasta luego! No tengo tiempo para seguir charlando! Ufa, loco, nadie se hace cargo de nada! Neuquén, 20 de diciembre del 2014.
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AutorMaría Fernanda Verussa |